Veo como el futuro se va volviendo en el presente.
Las emociones van cambiando, de acorde al momento,
Dependiendo del sentimiento.
Los días pasan y el verano se va acabando.
Trato de recordar porque fue que termine aquí,
Sin arrepentirme por todo lo que sucedió,
Porque eso de arrepentirse no va con mi ego.
Estas vivencias se tornan repetitivas,
Son esas caras que me suelo topar,
Tan similares,
Todas inverosímiles.
Me pierdo tratando de descifrar esa necesidad,
Los problemas y las apariencias de los demás.
¿Que será que en todos los lugares que aparezco,
suelo perderme entre estos laberintos?
No es que este cansado de la felicidad,
Estoy cansado de la situación.
Porque si te pones a ver,
La felicidad se muestra siempre,
Como carta de presentación.
Y yo no es que sea feliz,
Aquí siempre me encuentro buscando,
Tratando de arrebatarle al mañana respuestas,
Buscando sin aterrizar y plasmando en papel estas palabras,
Para acordarme en diez años que la tranquilidad jamás es constante.
Es interminable e inalcanzable,
Como lo es un beso de una musa,
O un abrazo de algún ser humano que a mi cercanía ya no esta.