Yo iba con sombrero.
G2
Creí que te molesto que te llamara tanto para pedir tu dirección. Que pena me dio, iba tarde, demorado, estaba perdido, sin saber por cual calle agarrar. Al pasar por vos, me dijiste que también estabas apenada… en ese momento fue cuando, al ver para afuera de la ventana, sonreí como un chiquillo de 10 años cuando ha descubierto esas mariposas en su estomago por primera vez. Estaba completamente atontado por tu olor a chicle, tus labios protuberantes y tu pelo tan desordenado. Mientras mi amigo manejaba, me pase para el asiento de atrás, para sentarme a la par tuya.
Estaba esperando conocerte más. Te vi en los pasillos de la universidad, y luego, cuando nos presentaron, me dejo sin aliento tu sonrisa. Días después me tope con vos. Llevabas puesta una camisa polo azul de scooby doo y unas zapatillas particulares. Fue en ese momento, mujer, cuando definitivamente quede enganchado.
Gaste mis monedas en una de esas maquinas que tragan dinero como si fueran un barril sin fondo. Te conseguí el peluche de la rana que tanto querías. Te invite a tomarnos una soda y un milkshake. Nuestros amigos nos llamaron, preocupados porque no sabían adonde estábamos. –“Estamos en el parqueo.” Les dije por el teléfono. Todo esto con el propósito para estar con vos a solas, aunque fuera solamente por unos minutos.
Como si fuera un cuento de hadas, te lleve temprano a casa. En el camino de vuelta jugamos con la rana, a la cual llegamos a bautizar con un nombre que no recuerdo. Hicimos promesas de volvernos a ver, mientras reposabas tu cabeza en mi hombro. Mi amigo, el cual manejaba, tomo una curva un poco cerrada y ahí fue cuando aproveche para tomarte tu mano.
Te acompañe hasta tu puerta e instintivamente me quite el sombrero y te di un beso en la mejilla. Caminando hacia el carro volví a sonreír. Ahí fue cuando realice que habían pasado años sin sentirme de esta manera y que, talvez, debajo de este cielo estrellado el decir de calidad vence a cantidad podría ser realidad.
Mi noche fue luego un sueño interrumpido, ya que pase la mayoría de la madrugada en vela, con esas mariposas en mi barriga y estos pensamientos en mi cabeza.
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