Wednesday, February 23, 2011


“Las mujeres testarudas, de belleza calificación 10, de esas que te dejan marcado como una quemadura de tercer grado a fin de cuentas son las que te siguen matando” –Pensaba una y otra vez en esto.  

Nunca podría olvidar esas veces que la ví, adonde las interacciones parecían sacadas de película.  Las salidas resultaban ser casi perfectas y lo hubieran sido si hubiera podido expresar todas las palabras que tenia en mi cabeza.  Lo que pasa es que yo no soy un actor de cine y nunca lo seré.  Los actores de cine se recuestan en un guión, sus palabras predeterminadas y acciones pre-escritas suelen ser fáciles de sobrellevar.  Mi vida no posee un guión, solo un montón de emociones que muchas veces me hacen quedarme mudo, perplejo e inmóvil ante la  semejante belleza que se me ha aparecido enfrente.

Ella no pertenece a nadie y siempre lo será así.  “La veo como un caballo salvaje, imposible de domar…”-Me había dicho un amigo. No me acuerdo quien fue el que dijo esto, sin embargo es demasiado cierto,  ella es independiente en todo aspecto. Por lo menos eso es lo que nos hace creer a cualquiera que tratemos de establecer un contacto mas que amistoso. 

Ni que decir lo que es tratar de establecer un vinculo emocional.  Resulta ser peor que el triangulo de las bermudas, porque todos aquellos que se han querido aventurar han quedado despedazados en el abismo infernal.  No son aguas turbulentas lo que existe en este lugar, es el peor de los males que se penetra en el corazón y cerebro de todo viajero que la quiera conquistar.  Empieza como un sentimiento placentero, algo caliente, algo certero.  Lentamente se multiplica en un algo mas.  Aquí has caído en las garras amigo, lamentablemente has entrado en un área gris, adonde los sabios que intentaron saben que solo existe un acumulada desesperación, ansiedad y demás penumbras que son inherentes a este estado. 

Entonces,  ¿que hay por hacer?


Seguir adelante, sonreírle a lo que sucedió, por ser bello, inocente.  Pero mantenerle un cierto rencor siempre, porque se jugaron las cartas mal.  Como todos los demás.  De nada sirvió ser diferente esta vez.  Tampoco de nada funciono los buen intencionados versos.  El mañana sabrá que vendrá.

Las tortugas y yo queremos hacerte saber que eres increíble…que si me darías la oportunidad escribiría horas de horas sobre lo maravilloso, lo inverisímil y lo poco común que sos. 

Detesto saber de vos solo por mensajes.

No comments: