Agárrame mi mano que en estas tardes de fin de año lo único que hay que hacer es ver como se pierde el sol en estos atardeceres. Con abrigo de lana y estos jeans tallados te encuentro entre el humo del cigarro y esa sonrisa. Te pase a recoger ayer y fue como si nos viéramos la primera vez.
Adelante, con prisa, si es que tengo un poco de cognac para compartir con vos y unos cuantos chicles de menta que quisiera regalar. No… mi carro no huele feo, huele a vida. De esas que son un desorden pero mantienen una cierta cohesión.
¿Que se puede hacer? Preguntas con esa cara tuya. Si es que se me retuerce la panza, sopa de frijol de almuerzo nunca es suficiente. Adelante a estos pasos que forman nuestro presente y que van quedando marcando en las palabras que escribo con cariño de vez en cuando.
Escribí estas canciones para vos. Dicen cosas que yo solo se que vos vas a entender y eso esta bien, mas que bien. A veces digo, vas a tener que esperar al fin de año, a ver si agarramos esos caminos desolados lleno de polvo, a toda maquina. Con rapidez.
Ahí de seguro nos toparemos con el destino una vez mas, que nos invita a seguir viviendo. La arena del mar se nos meterá en la orejas nuevamente. Pasaremos meses sacándola de ahí. Verdaderamente nadie sabe que sucede con nosotros y tranquilidad. Eso esta bien.
En realidad nada importa mucho, si llego al fin de semana, llegue al fin de semana.
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