Exactamente no se, pero son como un momento surreal;
Casi como para dejarse llevar por lo inesperado y no dejar que nada mas suceda.
Cada vez que te veo me doy cuenta que no hay nada mas interesante que hablar de lo que no tiene ni pies ni cabeza.
Esos animales que aparecieron por la pantalla resultaron ser tan bizarros que parecieran no existir; como un invento de Hollywood, el cual nos quiere hacer creer que en este planeta puedan existir cosas tan horrorosas; sin embargo… sin embargo.
La noche se acelera; desenfrenada, no da tiempo para conversar lo suficiente. Tampoco para distraernos viendo la asquerosa pecera, las luces de mi casa, los árboles.
Todo es demasiado y resulta que los perros pueden ser bien vestidos, tener vestimenta para salir a tomar té, para tirarse de paracaídas, para ser ayudante de santa.
Oigo una canción que me recuerda tu pelo recogido, los meados de ese cachorro que parece un rottweiler y esa sonrisa de dientes blancos que se asoma cuando digo cualquier estupidez… que una vez mas, no tiene ni pies ni cabeza.
Estoy masacrado por esa gata en celo.
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